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Primeros Capítulos

La Princesa Controla al Traidor - CAPÍTULO 11



Poseer al Rey de los homúnculos.


¿Por qué estás tan agitado, hermano?

¡No estoy agitado! He oído hablar del monstruo de la prisión flotante. Es el que se niega a jurarle lealtad a Padre. Por eso no pudo unirse a la Guardia Imperial y lo encarcelaron. ¿Vas a imprimar a un monstruo que no se sometió ni siquiera ante el Emperador? Estoy en lo correcto, ¿No es así?

Estás diciendo algo ignorante, hermano. No creo que Padre haya fallado. A decir verdad, debe haber algo con el homúnculo ya que no se somete fácilmente a Padre.

Cuando Iby terminó su discurso, volteó la cabeza hacia Desmond II. Como era de esperar, debido a la equivocación de Rubens la expresión de su rostro era como una que acababa de masticar hierba muy amarga.

¡Bueno, eso es cierto! Cometí un desliz de lengua. Lo siento, Padre.

Fue un éxito arrinconar a Rubens utilizando la autoridad de Desmond II. La mesa volvió a quedar en silencio. 

Iby, ¿De verdad vas a intentar que el monstruo de la prisión flotante te jure lealtad?
Sí, Padre.

Como dijo Rubens, ese monstruo es un hombre peligroso que ni siquiera ha hecho un juramento de lealtad conmigo. 

La “Ceremonia de Juramento de Lealtad” en realidad era un rito de lavado de cerebro que hacía que un homúnculo sea leal a la Familia Imperial y nunca les haga daño, era llevada a cabo por el propio Emperador. 

Solo a través de este ritual, que se llevaba a cabo de la misma forma que un bautismo, el homúnculo podía salir del santuario y ver la luz del mundo. Si Michael fuera un homúnculo común, lo habrían tratado y removido en el momento en que su juramento de lealtad falló.

Pero la habilidad de Michael era tan excelente que su muerte quedo en espera. Hasta entonces, Desmond II creía que si lo seguía intentando un día de estos Michael se rendiría ante él. 

Desafortunadamente, Michael no sobrepasó las expectativas que Desmond II esperaba. Entonces, el furioso Emperador no lo mató de inmediato, sino que lo puso en una prisión flotante, famosa por su crueldad. Y luego de un tiempo se olvidó de todo.

Era el tercer mes consecutivo en el que Michael pudo seguir viviendo gracias al poder del olvido.

“En su vida pasada, Michael estuvo encerrado por dos años más y no pudo salir al mundo hasta los 21 años. Quizás fue entonces cuando había despertado el poder de anular la obediencia y el lavado de cerebro. Debe haber controlado completamente sus habilidades para engañar a mi Padre” 

Mientras estaba desatendido durante esos tres años de no jurarle lealtad a nadie, la existencia de Michael se volvió ambigua. Dado que el lavado de cerebro no funcionaba, debían descartarlo, pero era demasiado tarde para tratarlo como un fallo y eliminarlo. 

La propia existencia de Michael era como una mancha que empañaba la autoridad del Emperador. E Iby ahora se estaba refiriendo abiertamente a la mancha de su padre. 

“Debo tener cuidado.”

En cuanto a alquimia y dificultad mágica, el juramento de lealtad era un trabajo más fácil, que el de una imprimación. Existía la posibilidad de que el Emperador considerara un desafío a la autoridad Imperial el intento de suprimir el lavado de cerebro.

Desmond II podría ordenar que mataran a Michael de inmediato para demostrar su autoridad.
Iby eligió cuidadosamente las palabras que saldrían de su boca, pero ahora era el momento de utilizar su máxima capacidad de desplante y elocuencia, tenía que sacar sus mejores habilidades y aprovechar su potencial.
 

Padre, ¿cómo puede un homúnculo ver la luz del mundo solo cuando realiza la ceremonia con Su Majestad? Por eso es tan lamentable que haya un homúnculo que no pueda aceptarlo como es debido, ya que el juramento de lealtad hacia ellos es como el bautismo de bendición otorgado por usted, padre

Hmm, correcto. Si no juras lealtad, te perderás a ti mismo. Ese maldito monstruo... ¿Cómo se atreve a rechazar la bendición otorgada por mí? 

Desmond II rechinó los dientes. Fue difícil. Iby se levantó y se acercó a Desmond antes de que este se alterara.

Cuando pienso en eso, dudo que realmente lo haya rechazado a usted Padre, siendo el maestro de la Piedra Filosofal, tiene un poder enorme. Un hombre que puede imprimar a toda la Guardia Imperial, pero si un homúnculo lo rechaza, no significa que se saldrá con la suya.

Lo normal es que se echen a sus pies, Padre. El control que tenía el Emperador era capaz de suprimir todo, por lo que un homúnculo lo rechazara no era normal.

Sí. Es cierto.

Pero he estado pensando en por qué el juramento de lealtad no funcionó. Supongo que algo anda mal con el circuito de maná del homúnculo. Me gustaría solucionar este problema y nombrar a ese homúnculo como mi Caballero Personal.

Hmm... 

Desmond II parecía estar preocupado. Pero había que empujarlo aún más.

Hasta ahora el monstruo de la prisión flotante ha quedado abandonado, quedando como una excepción, no un fracaso o un éxito. Es como una espina en la mano para la Familia Imperial. Es hora de quitar esa espina. Intentaré solucionar el problema con el regalo que heredé de mi Padre. Por favor, sea comprensivo, Padre.

Ibyenrose se levantó de su asiento de nuevo. Sintió como sus labios ardían mientras esperaba haciendo una referencia con las rodillas y cintura ligeramente inclinada. Un momento después se escuchó la voz de Desmond II. 

Está bien, Iby. 

Ella levantó sus ojos y miró a Desmond II, la expresión en su rostro se había suavizado.

Iby, eres tanto una Princesa como una alquimista. Tú eres la que está encendiendo mi espíritu del desafío. Bien, no está mal. Haz lo que quieras.

Gracias, Padre. Creí que usted, el Rey de los grandes alquimistas, me entendería. 

Había llegado un momento en el que Iby no podía ocultar su alegría. Las palabras de Desmond II no habían terminado. Con severidad añadió: 

Pero hay condiciones, Iby.

¿Cuáles, su Majestad?

Debes ir como la Princesa que va en representación de mí, el Emperador y hacer el juramento de lealtad al monstruo de la prisión flotante. Si no logras imprimar al monstruo, tendrás que hacerte responsable y deshacerte de él.

Haré lo que me pida, Padre. 

De todos modos, esperaba alguna condición, así que Iby aceptó. Iby, que había confirmado el término de su visita matutina, tomó el dobladillo de su vestido elegantemente y dijo:

Me retiraré primero para seguir la tradición imperial y establecer la autoridad del Emperador. Padre, hermana, hermanos, Rosie; que tengan un buen día. 

Era hora de anunciar su plena participación en la batalla por la sucesión al trono.

 

***

¡Su Alteza! ¡Estaba realmente sorprendida! No es de extrañar que haya estado tan crítica hoy. ¡Lo hizo a lo grande! 

Tan pronto como bajó de la plataforma, Cedella se puso a charlar hasta quedar sin aliento.

Hace un tiempo, Cedella había estado triste de que la Princesa rechazara la tradición imperial, sin embargo, ahora tenía altas expectativas del Caballeo Personal de Iby.

¡No puedo esperar para ver a Su Alteza siendo escoltada por su nuevo Caballero Personal!

La forma de hablar de Cedella era muy animada, pero su mirada era la de siempre. En particular, apretaba fuertemente su puño, llena de energía, era como si estuviera recordando a una persona que quería golpear.

Iby caminó todo el camino a través del vestíbulo del palacio escuchando a una emocionada Cedella. Cuando estaba casi en la entrada, hizo contacto visual con Sylvestian, que estaba cerca de la entrada esperando por Roseline para escoltarla. 

Se acercó y la saludo cortésmente:

Es bueno verla de nuevo, Su Alteza.

Rosie saldrá pronto. Hasta luego, Sir Millard. 

Cuando estaba a punto de continuar caminando, Sylvestian agregó apresuradamente: 

Ya que la Octava Princesa vendrá pronto, ¿Por qué no la espera y regresan al Palacio juntas? Escoltaré a la Séptima Princesa también. (awww, pobrecito, ternurita)

No tienes que hacerlo. Me dirijo a otro lugar.

¿A dónde va? 

Iby no pudo responder a la pregunta de Sylvestian, porque Roseline, que acababa de bajar de la plataforma, llamó groseramente a Iby a sus espaldas. 

¡Hermana Iby!

...Ahhh. 

Sintió repulsión al ver a Roseline acercarse con buena cara. Pretendía estar contenta con el hecho de que Desmond le diese su aprobación para elegir un Caballero Personal.

Cedella que se encontraba en la puerta para retirarse después del té de la mañana, tenía una expresión rígida. 

Roseline se acercó y dijo: 

Hermana, escuché que vas de camino para tener una ceremonia de juramento de lealtad ahora mismo, te deseo lo mejor con tu rito.

Sí, gracias, Rosie.

De hecho, estaba un poco nerviosa porque Iby dijo que elegiría un Caballero Personal justo antes de mi cumpleaños. Me preguntaba si quizás estabas interceptando a mi Caballero homúnculo favorito. 

Iby estaba estupefacta, pero respondió con calma: 

Ese es un malentendido absurdo.

Como sabes, Sylvestian es muy famoso y el momento en que lo pediste fue inusual. De todos modos, estoy contenta de que se haya resuelto el malentendido. Me alivia que no estés arrepentida de tu elección. Por favor, entiéndeme. 

Hizo un malentendido y lo resolvió ella misma, buscando la aprobación y comprensión de Iby. Cuando Iby quedó sin habla, Roseline añadió: 

Al igual que Padre, estoy esperando con ansias también. Ese homúnculo elegido por ti, hermana, quién ha estado rechazando las tradiciones de la Familia Imperial. Tengo mucha curiosidad por saber quién es. Tengo muchas ganas de conocerlo, por lo que espero que puedas llevar la ceremonia a cabo. 

Había una sensación de superioridad en las palabras de Roseline. Tenía la confianza de que, sin importar que homúnculo eligiera su hermana, sería peor que Sylvestian. 

“Sylvestian es el único que tiene todo lo necesario para ser el mejor.”

Iby casi se rio al ver que sus pensamientos eran claramente visibles.


 




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