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Primeros Capítulos

Tomando al Príncipe de un País Enemigo como Caballero - CAPÍTULO 11

 


Entiendo la reacción desconcertada. Yo también me sorprendí cuando vi a Regen por primera vez.

Eso no significa que voy a permitir que sea sólo un adorno bonito. Para bloquear a Regen de la mirada de las dos personas, me paré deliberadamente cerca de él.

― Saludos hermana Liliana, saludos hermana Sehera.

― Es una sorpresa. ¿Por qué no lo dejas, Sasha? Debe ser una carga para ti.

― Me alegra verlas. ¿Están de regreso desde el palacio principal?

― Estamos dando un paseo.

Detrás de Liliana y Sehera estaban dos caballeros.

Parecía que estaba dando vueltas por el palacio para mostrarles a sus caballeros por primera vez los alrededores.

Aunque mis dos hermanas mayores no estaban tan interesadas en Regen como pensé, sentía curiosidad por sus caballeros. Resulta que lo que ambas querían encajó perfectamente.

― ¿Les presento a mi caballero?

― Por supuesto.

El propio Regen dio un paso adelante.

― Mi nombre es Regen. Las saludo, Altezas, las dos princesas propietarias de la habitación Cártamo rojo y de la habitación Principios de Verano

Es un saludo impecable. La etiqueta del palacio y la memorización de las listas probablemente fueron responsabilidad de Hamel.

Liliana habló de una manera que haría sentir orgullosa a cualquiera que la escuchara.

― Hmm, ahora que te has lavado y vestido, te ves bastante presentable.

― Tanto que no puedes quitarles los ojos de encima.

Ante mis palabras, Liliana reaccionó un poco avergonzada.

― ¡Simplemente lo miré porque es demasiado por su aspecto llamarlo caballero! No tengas tanta confianza. Si luce así, parece débil. Desde la antigüedad, la apariencia de un caballero ha sido perfecta, tal como la de Sir Julius.

― Saludos Princesa Sasha, mi nombre es Julius.

El hombre de cabello corto color azul cielo que apenas le llegaba a los hombros no mostraba expresión alguna en su rostro.

Sentí una sensación de incomodidad por la forma en que sus emociones parecía haberse emasculado. (significa, privar a alguien de fuerza o espíritu)

Mientras tanto, intenté medir el poder mágico de Julius. Es un poderoso caballero de al menos nivel tres.

Si quisiera, podría destruir fácilmente el área del palacio en el que nos encontramos ahora. Por supuesto, esto supone que no haya caballeros en contra.

Liliana estaba orgullosa.

― Mira, sigue viendo a mi caballero también. ¿Tienes envidia?

― No lo malinterpretes.

― Bueno, si me lo pides sinceramente, puedo cambiarlo. No de forma continua, pero, ¿quizás durante dos o tres días?

―…

En palacio, cuanto más incómodo estés, más debes sonreír como una flor. Pero en ese momento, fue realmente difícil.

Entonces, Sehera se aclaró la garganta tosiendo para que aligerar el ambiente, como si quisiera unirse a la conversación.

― Jerome, tú también, saluda.

― Saludos Princesa, Sasha. Mi nombre es Jerome.

Era un hombre de pelo largo y gris, atado como cola de caballo. Su voz era profunda y segura.

Estar cerca de él me producía una desagradable sensación de hormigueo y magia.

“Debes estar bromeando”

Jerome estaba atacando a Regen. Estaba claro que Regen estaba actuando de forma amenazante ya que su núcleo de maná estaba dañado y su poder mágico era apenas perceptible.

Una persona que muestra su fuerza a los débiles. No me interesa.

― Sehera, tu gusto para elegirlos es realmente asombroso.

― Todo el mundo dijo eso. Deberías haber elegido mejor también. Jerome no necesita ningún tratamiento, pero supongo que sir Regen no está respondiendo bien al tratamiento.

Sehera se acercó a Regen, miró la venda en su ojo y chasqueó la lengua.

― No puede actuar como un caballero.

―…

― ¿No es fatal para un caballero carecer de un ojo? Si solo tienes uno, sólo eres medio caballero. Aun así, es una suerte que sea guapo. Porque puedes hacer otras cosas además de ser escolta, ¿no crees?

―…

― ¿Eh? ¿Por casualidad sir Regen es sordo? No ha respondido.

En ese momento, sentí que algo que Liliana había sacudido fue completamente roto por Sehera.

― ¡Vaya! Sasha, tu sonrisa se fue. Me estás asustando. ¿Por qué tienes los ojos tan abiertos? Lo dije porque estoy preocupada por ti. ¿De verdad te molesta?

Ah, claro. Estoy enojada ahora.

Cerré los ojos con fuerza, los abrí y volví a sonreír.

― Sehera, acabas de cruzar la línea.

― ¿Qué?

― Si sabías que estaba enojada, deberías haberte apartado en silencio. No debiste sacar ese tema.

Si una princesa mostraba sus emociones, debería recibir una recompensa.

― Sir Jerome.

Una fuerte vibración se transmitió a través de mi voz. El dueño del nombre respondió al sonido que transcendió lo físico.

― ¡Oh…!

Hizo un ruido estúpido y dobló a medias una rodilla. Intentó ponerse de pie de nuevo, pero no pudo estirar su pierna temblorosa.

Si la diferencia de poder es grande entre las princesas, puedes robar el caballero de tu oponente. Jerome ahora estaba a punto de someterse a mí, no a Sehera.

― ¿Qué? ¿Qué pasa? ¡Sir Jerome! ¿Por qué actúa así?

―…

― ¡Sasha! ¿Qué es esto? ¿Qué estás haciendo?

― Como puedes ver, estoy intentando quitarle el poder a tu caballero y humillarlo. Te mostraré que medio caballero es mejor.

Jerome no está ni siquiera a ser medio caballero. Un hombre como Jerome podría gobernar a cien personas.

Fue entonces cuando.

― ¿Qué es todo este alboroto?

Apareció la hermana Orlete.

― Hermana Lete.

― Ah, hermana.

―… Saludos hermana Orlete.

Es una lástima. Si ibas a aparecer, lo hubieras hecho antes o un poco más tarde.

No tuve más remedio que retraer mi poder y liberar a Jerome.

Liliana y Sehera recibieron abiertamente la aparición de la hermana mayor Orlete. Como Orlete, que normalmente se opone a mí, suele estar de mi lado, así que la consideré mi amiga.

La escena de ahora también estará a la altura de sus expectativas.

― Sasha, donde quiera que vayas, causas problemas.

― Sólo quería protestar porque mi caballero fue insultado.

― ¿Es ese caballero más importante que tu hermana?

― El honor de un caballero es más importante que las disputas nerviosas de una hermana. ¿Tus criterios y juicios son diferentes a los normales hermana Lete?

Liliana y Sehera estaban molestas.

― Mira esto. Es tan arrogante incluso frente a la hermana que es mayor que ella. Eso puede ser cierto para nosotras, pero, ¿cómo podría serlo para la hermana Lete?

― Estás intentando encubrir tu propio ego…

Terminaré con esto aquí.

En ese momento, la hermana Orlete entrecerró los ojos y respiró profundamente. Es un hábito antes de hablar en voz alta.

― ¿Tuviste una semana divertida?

¿Qué quiere decir? De repente, no pude entender el contexto de lo que dijo.

― Supongo que no querías salir de tu habitación, debe ser una pena. ¿Quieres volver a la habitación?

― Al ver a mi hermana siento ganas de regresar.

― Ah, sí. Parece que estás satisfecha. Al ver la cara de tu caballero, puedo ver por qué.

Mientras continuaba perdiendo mi espíritu de lucha debido a mi incapacidad de comprender, las dos princesas a mi lado, que parecían muy orgullosas, me dieron pistas.

― Hay un rumor que dice que el motivo por el que has estado en tu habitación durante una semana es porque tienes un amante.

― Eres enérgica, igual que Su Majestad.

―… ¿Estás loca?

No pude animarme a mirar la cara de Regen.

― Mi caballero y yo somos inocentes.

― Seguro que sí.

De alguna manera la conversación terminó sintiéndome derrotada.

Mientras Liliana y Sehera se marchaban enfadadas, un nuevo personaje tomó su lugar. Era el ciervo dorado del Imperio.

Nanaen, con su cabello rubio miel, trenzado en voluminosas trenzas, se me acercó y se quedó pegada a mí, las puntas de su cabello ondeando como una cola.

― Ah, qué bueno verlas, hermanas. Es una pena haberme perdido un espectáculo divertido. ¿De qué estaban hablando?

― Estábamos hablando del rumor de que Sasha pasó una semana con su caballero día y noche.

― De todos modos, tenía curiosidad. ¿Es cierto’

― Decidí no hablar de ello.

Fue un tema incomodo de discutir, dejando a Regen atrás. Necesito cambiar el enfoque de la conversación.

― Las demás se han ido, así que, ¿por qué discuten? ¿De verdad tocaste al caballero directo de la hermana Sehera?

― ¿Estás loca?

― No se le impone a un hombre arrodillarse así.

― Eso es diferente. Lo hice cumplir mediante la orden jerárquica.

― Tienes un sentido de la moral tan directo que es raro ver una en el palacio.

Realmente espero que Liliana y Sehera puedan seguir mi ejemplo, aunque sea un poco.

Después de terminar de hablar, Orlete y yo miramos a Nanaen al mismo tiempo.

El ciervo dorado del imperio levantó la barbilla con orgullo al leer la pregunta:

― ¿Y tú?

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