Poseer al Rey de los
homúnculos 5.
Fue la primera vez que Michael sintió calidez desde que nació. Sintió como si lo estuvieran abrazando suavemente. Era la primera vez que él se sentía tan inquieto, por lo que murmuró avergonzado:
― Tus manos... Son muy
cálidas.
― Ah, esto es un hechizo
térmico..., hace frío. ¿Quieres que suba la temperatura?
―... De acuerdo.
Michael se sentía un poco traicionado y decepcionado de sí mismo. Sin embargo, cuando Iby soltó su mano, su mirada siguió fija en ella.
― Entonces comenzaré la
ceremonia.
― ¿Aquí mismo?
― Sí. Soy una buena
alquimista, así que no necesito mucha preparación.
― Ya veo.
― Ah, lamento no poder
tratarte tan elegantemente como cualquier otro Caballero.
― Está bien, no me gusta ser un espectáculo.
La imprimación era una combinación entre magia y alquimia. Era un contrato mágico que grababa una relación absoluta entre dos almas, ya que el ser con el que se realizaría el ritual no era biológicamente un humano, sino que era un homúnculo, una ser creado con alquimia.
Por lo que cantidad utilizada de alquimia en esta ceremonia era considerablemente alta. Y algo que no podía faltar era la tinta que se usaba.
Iby sacó un cristal de maná rojo triturado desde su manga y dibujó un círculo mágico en su mano izquierda. Las delicadas líneas completaron un patrón.
― Michael, tu mano.
A primera vista, pensó que lo estaba tratando como a un cachorro, pero cuando se dio cuenta de sus intenciones, Michael extendió su mano derecha sin decir ninguna palabra.
Iby colocó la palma de su mano sobre la suya, el dibujo que había realizado fue copiado en la mano de él como con un sello. No la soltó.
― La otra mano también.
Al estar unidos por ambas manos se convirtió en una posición cara a cara. Iby le sonrió a Michael que parecía bastante incómodo.
Ahora que estaba lista para continuar con la ceremonia, había algo que Michael debía confesarle a Iby antes de continuar, miro hacia abajo y dijo:
― Déjame decirte por
adelantado, mi cooperación mental no ayudará, nunca fue mi voluntad rechazar el
juramento de lealtad con el Emperador.
― Ah, ya veo. ―Iby
estaba tranquila, pero Michael se notaba preocupado.
― Aún no eres una mujer
adulta, ¿realmente estás segura de que tu control es mayor que el del
Emperador?
― Bueno, no estoy segura de
eso.
― Si no estás segura, será mejor que retrocedas ahora. Si te obligas a continuar el ritual y fallas, será difícil mantenerte con vida...
Los ojos de Iby brillaron mientras miraba a Michael, quien respondió amargamente.
― ¿Estás preocupado por mí? No
lo puedo creer, gracias.
― ¡Q-Qué! ¡Preocupado!
Por supuesto, ese fue un acto inaceptable para el orgullo de Michael. Lo negó enérgicamente.
― ¿No estabas preocupado?
― Por supuesto que no. No hay
forma de que me preocupe por ti, un miembro de la Familia Imperial. No digas
tonterías sin sentido.
― Ya veo. Entonces supongo que
tienes el hábito de hablar como si estuvieras preocupado.
― ¿Qué?
Michael preguntó con curiosidad, pero Iby no le dio una explicación ya que tenía una buena excusa para cambiar de tema.
― Ahora, realmente voy a
comenzar.
― De acuerdo.
Iby cerró los ojos y se concentró.
― Imprimación Imperial.
Cuando menciono esas palabras, una ligera ráfaga de viento se arremolinó alrededor de ambos. Fue un viento en repercusión.
“No
será fácil.”
De hecho, su resistencia fue formidable como homúnculo, ya que ni siquiera podía ser sometido por el Emperador. El propio Michael estaba muy avergonzado por el rechazo que no era su propia voluntad.
― ¿Estás bien?
― Estoy bien. ― Iby se concentró más.
Cuando el sudor comenzó a aparecer en su frente, los torbellinos de su unión se volvieron violentos. Pronto la prisión flotante comenzó a temblar y a vibrar bruscamente
Se estaba volviendo difícil mantener el equilibrio. Ya que las cosas parecían empeorar, Michael intento persuadir a Iby.
― Será mejor que te detengas,
definitivamente habrá un fracaso. Entonces estarás en peligro.
― Shhh, me estás
desconcentrando.
― No me digas que no te
desconcentre. Detente ahora mismo.
― No digas eso y solo anímame.
― ¿Estás haciendo algo
imprudente frente a mis ojos y quieres que solo te vea y lo ignore?
― Te digo que estoy bien,
tengo un as bajo la manga.
― ¿Un as bajo la manga?
Fue cuando hubo un fuerte crujido en la cabeza de Iby. ¡Crash!
Una de las horquillas enjoyadas de color granada, brilló intensamente como un hierro caliente y se hizo añicos. Las pequeñas partículas se esparcieron por todas partes y alcanzaron la mejilla de Michael, pudo reconocerla al instante cuando hizo contacto con su piel.
― ¿Piedra filosofal?
― Es una piedra amplificadora de maná, para ser exactos.
Era un artefacto que maximizaba los efectos de la alquimia al utilizar un amplificador. Solo un alquimista versado en el tema podía hacerlo, por lo que estaba estrictamente prohibido en el Imperio.
Esto se debió a que el efecto de amplificación imitaba la función de la piedra filosofal, que era el símbolo del Emperador. Era un artefacto que poseía una alta concentración de alquimia y estaba prohibido distribuirlo o utilizarlo.
Por supuesto, la escasez y el valor eran extremadamente altos.
― ¿No me digas que tenías esa
cosa puesta en la cabeza?
―…
― Oh por Dios.
No era de extrañar que Michael se sorprendiera.
¿Quién hubiera imaginado que la Séptima Princesa Imperial traería más de una docena de artefactos prohibidos de contrabando disfrazados de horquillas y las habría ingresado al centro de formación de homúnculos?
No podía evitar preguntarse cómo había conseguido Iby estas piedras amplificadoras.
Iby leyó la mirada de Michael y le respondió primero.
― Pertenencias de mi madre.
― Ah.
Solo entonces Michael recordó que la madre de Iby no pertenecía al Consejo Real de Alquimia y no era muy conocida. Sin embargo, era una gran alquimista que igualaba el nivel de los sabios.
¡Crash!
― ¿Estás loca?
La fuente del precioso artefacto había sido claramente revelada, pero la conmoción de Michael no se desvaneció.
Se supone que la alquimia originalmente no consume mucho maná.
Entonces, la piedra amplificadora hecha de piedra filosofal era valiosa porque se podía usar de forma semipermanente, por lo que Iby la estaba usando para realizar el juramento de lealtad, utilizándola como algo desechable.
― No te sorprendas tanto. Esto se usa seguido, aunque tengas buen manejo de la alquimia.
La capacidad de cubrir la falta de talento con artefactos era de sentido común para aprender alquimia. Por lo tanto, la audaz determinación de usar artefactos era una decisión de los alquimistas.
Un miembro promedio de la Familia Imperial no podría haber costeado todos estos artefactos solo para poder Imprimar a un simple homúnculo. Pero Iby no mostró un solo signo de arrepentimiento.
― Estás decidida a atraparme.
― Por supuesto.
― ¿Realmente vale la pena
gastar en mí?
― El valor de Michaelis Agnit es tremendo.
La alta valoración fue en
base a la sinceridad de Iby y el hecho de que él lo demostró en su vida pasada.
El Imperio Hadellamid era un lugar que explotaba homúnculos para establecer su poder, al Emperador se le exigía controlarlos. Por lo tanto, si conseguía a Michael, el Rey de los homúnculos podría ser la heredera absoluta del trono.
Iby, cuya aspiración era convertirse en heredera al trono en su segunda vida no tuvo más remedio que encender su voluntad.
― Debo tenerte.
Las horquillas que quedaban ahora eran solo tres. Una luz blanca estalló entre ambos y fue absorbida por Michael.
― ¿Funcionó?
Mientras Iby estaba confundida, sucedió algo inesperado.
Una enorme onda de choque surgió de los corazones de Iby y Michael, era totalmente diferente a las ráfagas que habían surgido anteriormente.
Fue una onda bastante grande como para ser considerada una explosión
― Argh.
La prisión flotante ahora parecía una frágil jaula que colgaba de un hilo. Se inclinó abruptamente como un ferry golpeado por un maremoto. Iby soltó las manos de Michael y perdió el equilibrio. Los reflejos de Iby que una vez fueron objeto de burlas por parecerse a los de un erudito que solo estaba recluido en su habitación, fueron desastrosos.
Optó por cerrar los ojos en lugar de usar magia de protección alrededor de su cuerpo en un momento de crisis. Fue entonces cuando el cuerpo de Iby se deslizó hacia abajo y estuvo a punto de estrellarse contra los barrotes.
Un fuerte brazo envolvió su
cintura.
Comentarios
Publicar un comentario
Escribe un comentario.